Christian Dior, Giambattista Valli,
Chanel, Stéphane Rolland, Giorgio Armani Privé, Elie Saab, Jean Paul Gaultier,
Viktor&Rolf o Valentino, entre otras firmas, presentaron sus propuestas de
alta costura para la primavera-verano 2015. Todos coinciden en vestir a la
mujer con flores.
A pesar de la
crisis, la alta costura es un negocio que se mantiene. Los cerebros económicos
de los “holdings” de lujo abanderan la estrategia del hilvanar esta moda con el
espectáculo y el mundo onírico, con la intención de aumentar las ventas del
prêt-à-porter, los perfumes, los cosméticos y los complementos.
Esta
estrategia, además de ser una fabulosa campaña de publicidad, obliga a grandes
agujas como Karld Lagerfeld, Elie Saab, Jean Paul Gaultier o Raf Simons a
preservar el oficio de la costura con mayúsculas y presentar dos veces al año
diseños que invitan a soñar.
En el Grand
Palais, Chanel volvió a florecer en un decorado de naturaleza sintética, en el
que se vio un profuso y rico catálogo de flores bordadas en relieve, que
pesaron en los bajos de los abrigos y engalanaron los boleros.
Lagerfeld
combinó chaquetas largas con faldas cortas, así como partes de arriba cortas
con faldas largas, que dejaron el vientre al descubierto como si fuera un
“nuevo escote”.
Los gorros de
punto con perlas y flores y las pamelas de tul negro sobre un sombrero de paja
coronaron el desfile de Chanel.
Armani Privé y
Dior. El modisto octogenario Giorgio Armani, uno de los creadores más veteranos
que se mantienen en el circuito, llevó al Palacio de Tokio una colección en la
que la falda-pantalón fue la estrella.
Ya fuera en
gazar de seda o en organza, la falda-pantalón se encargó de revisitar el traje
de chaqueta y proporcionarle una brisa oriental con partes de arriba largas,
sin solapas y anudadas en el frente.
El modisto
trabajó sus diseños con la intención de reproducir un ambiente vegetal.
La ciencia
ficción y el sueño espacial que estimularon las expectativas de las sociedades
occidentales en la segunda mitad del siglo XX inspiraron la nueva colección de
Raf Simons para Dior.
Las modelos
lucieron botas de látex, que colorearon la parte visible de la pierna con
tonalidades en contraste con el resto del conjunto.
Raf Simons
indagó con nuevas siluetas, desde ajustados monos de “jacquard” de lana, que
moldeaban el cuerpo, hasta faldas en trapecio que se unían en la parte alta del
vientre a un “top” mediante una arandela que dejaba los costados al
descubierto.
Stéphane
Rolland propuso amplias prendas en línea o consistentes corpiños metalizados.
En el costado, el diseñador construyó aperturas que, como una cala o setas
doradas, surgieron del cuerpo y abrió una ventana transparente en el frente de
una falda.
Valentino y
Viktor&Rolf. Maria Grazia Chiuri y Pierpaolo Piccioli, dúo que ostenta la
dirección artística de Valentino, expusieron una colección de primavera-verano
que incluyó modelos que requirieron 2 800 horas de trabajo.
Los bordados
de inspiración rusa en tonalidades rojizas fueron numerosos en la primera parte
del recital y fueron dejando paso a los volantes de encaje y a los
recubrimientos de brillantes. Las estructuras de las prendas también
demostraron las habilidades de la casa que fundó Valentino Garavani en Roma en
1960.
Fuente: Hoy de EFE.